Durante muchos años se han creado variedad de mecanismos encaminados a satisfacer las necesidades de las personas con sobrepeso, cada método era específico para cada tipo de persona, es decir, cada cuerpo aceptaba la dieta de manera diferente.
En general, aunque no es nuestro tema ahora, hay dos tipos de dietas: Dietas Terapéuticas y Dietas No Terapéuticas.
En las Terapéuticas se modifica uno o más nutrientes en la dieta para el tratamiento de una enfermedad concreta.
Las No Terapéuticas son las más comunes y las que la mayoría de la gente trata de seguir, aunque el resultado depende de la voluntad de cada individuo.
Dentro de éstas están las Dietas Fijas, que son dietas de menú fijo, y las Dietas por Intercambio, que es más flexible y donde se cambian los alimentos según el gusto de cada persona.
Por otra parte están las Dietas famosas que dependen de su origen y de quién las ha inventado. Algunos ejemplos son la Dieta Mediterránea, Dieta de la Zona, Dieta de Atkins o Dieta de Scardale.
Sin embargo existen muchas maneras de intentarlo a nuestra manera, siempre que el sobrepeso no sea exagerado y se necesite de un especialista, pero siguiendo un plan bien desarrollado y de alguna persona experta.
Es cierto que existen muchos programas o libros que
tratan el tema del sobrepeso u obesidad, demasiado material que tan sólo
confunde a los más interesados en la cuestión. Pero esto es muy habitual, en
todos los terrenos, cuando hay mucho interés en el tema por el número tan
elevado de personas que lo padecen.
Se escriben entonces más libros, se hacen más
seminarios, se dan muchas más charlas de lo habitual y se regalan algunos
consejos para hacer. Pero todo movido más por la expectación creada que por la
importancia del asunto.
Esto conlleva a la proliferación de materiales de
poco valor o simplemente nuevas copias de algunas ediciones antiguas que ya
quedaron desfasadas por el tiempo.
Por eso al tratar el tema del sobrepeso empiezan a
asomarse cantidades de material que lo divulgan como la solución para poder
seguir viviendo mejor o el único remedio capaz de rebajar los kilos de más que
llevamos. Todo es cierto hasta el punto de verdad que queramos darle y del
entusiasmo interior que nos genere.
Muchos fármacos (aunque no es nuestro tema)
anunciados para perder peso urgente deben su fama más a la labor mediática que
han creado que a los resultados de su eficacia. Sin embargo, otros pasaban
completamente en discreción y cuya virtud quedó más que demostrada.
Lo único que podemos hacer cuando estamos ante tal
situación es simplemente seguir el sentido de la razón: analizando
completamente el producto, ver lo que ofrece en sí, cómo y de qué forma trata
el problema y, lo primordial, si ofrece algunas garantías. Creo que con esto uno puede actuar y decidir,
sin riesgo a equivocarse.
